¿Se ha cumplido lo prometido? Casi un año tras la renovación del mobiliario en los hospitales de Ferrol
Noviembre de 2025. Un año ha pasado desde que las autoridades sanitarias anunciaron a bombo y platillo la renovación del mobiliario en los hospitales del área sanitaria de Ferrol. Un año desde que se prometieron mejoras visibles, funcionales y estructurales en centros como el CHUF o el hospital Naval. Un año, en definitiva, para comprobar si aquella batería de compromisos institucionales se ha traducido, de verdad, en una sanidad más cómoda, eficaz y digna para quienes trabajan en ella y quienes la necesitan.
Entre el parte de prensa y la camilla que chirría
Los comunicados oficiales de finales de 2024 hablaban de camas articuladas nuevas, sillones más ergonómicos, carritos de medicación rediseñados y mobiliario clínico adaptado a las necesidades actuales. La inversión se presentó como una respuesta urgente a demandas que llevaban años sobre la mesa. Sin embargo, el paso del tiempo nos obliga a matizar la foto fija: no todo se ha renovado, no todo se ha distribuido con equidad, y no todas las áreas han salido beneficiadas.
En una de las alas del hospital Naval, por ejemplo, las nuevas unidades de hospitalización sí cuentan con camas modernas y sillas reforzadas. Pero basta caminar hacia consultas externas para encontrar todavía mobiliario deteriorado, inestable y con años de servicio a cuestas.
La importancia olvidada: mesas de acero inoxidable en la sanidad
Hay un elemento clave que sigue quedando relegado en los balances institucionales: la renovación del mobiliario auxiliar en zonas donde la higiene no es negociable. Hablamos de quirófanos, consultas de enfermería y cocinas hospitalarias. Y más concretamente, de un equipamiento esencial: las mesas de acero inoxidable.
No se trata de una cuestión estética. Estas mesas son vitales por su resistencia, su facilidad de limpieza, su durabilidad y por cumplir con las exigencias sanitarias de un entorno donde cada bacteria mal gestionada puede derivar en un problema grave. Sin embargo, su presencia sigue siendo testimonial en algunos servicios, y los informes internos no parecen priorizarlas.
Personal sanitario: agradecido pero no conforme
Hemos conversado con profesionales que trabajan en el área sanitaria de Ferrol. Muchos coinciden en que la renovación ha supuesto un alivio parcial, sobre todo en áreas con gran rotación de pacientes. Pero también reconocen que hay deficiencias estructurales que el nuevo mobiliario no ha solucionado. La falta de personal, la sobrecarga de urgencias y la escasez de espacios acondicionados siguen presentes.
Y en lo que respecta a los espacios técnicos, algunos auxiliares y enfermeras insisten en que no basta con renovar camas: también se necesitan superficies de trabajo seguras, robustas y desinfectables. Una mesa de trabajo acero inoxidable no es un lujo; es una necesidad para preparar medicación, clasificar instrumental o almacenar provisiones sin riesgo de contaminación cruzada.
¿Qué ha mejorado? ¿Qué sigue igual?
Las mejoras son reales, pero parciales. Algunas áreas han sido claramente beneficiadas. En otras, la promesa de renovación parece haberse quedado por el camino. Se han colocado sillas nuevas en salas de espera, pero hay pasillos que siguen mostrando mobiliario anticuado. Se ha invertido en carritos de medicación, pero no se han actualizado los sistemas de almacenaje. Se han mejorado algunas camas, pero no se han reforzado todos los puntos críticos.
En espacios como las cocinas hospitalarias, donde se manipulan cientos de raciones al día, el equipamiento sigue sin responder al estándar deseable. No solo por ergonomía, sino por criterios higiénicos fundamentales. De hecho, en este blog sobre cocinas industriales recoge múltiples recomendaciones sobre cómo adaptar estos espacios al entorno hospitalario, siempre priorizando acero inoxidable, ventilación y superficies de fácil desinfección.
Ferrol no solo necesita muebles, necesita visión
La pregunta es incómoda pero necesaria: ¿fue esta renovación una acción puntual para salvar titulares o una pieza más de un plan integral de transformación sanitaria? Porque si de verdad se apuesta por una sanidad pública fuerte, digna y resiliente, la inversión no puede limitarse a cambiar lo visible y dejar lo esencial para mañana.
Lo esencial no son solo las camas, los sillones o los carros. Lo esencial también son las condiciones de trabajo, el mantenimiento continuo, los suministros adecuados y el equipamiento auxiliar de calidad. Una mesa quirúrgica puede salvar una vida, pero una mesa de acero inoxidable en una consulta puede evitar complicaciones. Invertir en lo invisible es invertir en lo verdaderamente imprescindible.
Noviembre de 2025: balance, pero con exigencia
Este es un momento clave. El primer aniversario tras una gran intervención pública debe servir no solo para aplaudir los avances, sino para señalar lo que sigue pendiente. Y lo que sigue pendiente, en Ferrol, es mucho. No se trata de desacreditar lo hecho, sino de exigir continuidad, coherencia y ambición.
Los ciudadanos no quieren promesas. Quieren hechos. Y esos hechos pasan por reforzar las áreas clínicas con materiales adecuados, por facilitar el trabajo del personal sanitario con infraestructura a la altura y por dejar de ignorar zonas críticas como las cocinas o los laboratorios.
¿Se ha cumplido lo prometido? Sí, en parte. Pero para que la respuesta sea rotundamente afirmativa dentro de un año, es imprescindible ampliar la mirada, afinar las prioridades y apostar, sin medias tintas, por un modelo de salud pública que no se conforme con cambiar muebles, sino con cambiar realidades.
