Incendio en la Mezquita-Catedral: todo lo que se sabe sobre su origen
El pasado 8 de agosto, la ciudad de Córdoba vivió un episodio que quedará marcado en la memoria colectiva: el incendio en la Mezquita-Catedral, Patrimonio de la Humanidad, que generó alarma y preocupación no solo por la magnitud del fuego, sino por las causas que lo originaron. La investigación de la Policía Científica ha arrojado luz sobre los primeros indicios, apuntando a un foco muy concreto y evitando especulaciones innecesarias: el origen se encuentra en la batería de una barredora eléctrica almacenada en el interior del monumento.
La cronología del siniestro
El incendio se produjo en plena ola de calor, con temperaturas que superaban los 40 grados centígrados y avisos naranjas que advertían del riesgo extremo de incendios en toda la región. Fue durante esas condiciones extremas cuando la batería de la barredora, aunque no estaba conectada a la corriente, presentaba carga suficiente para generar una sobrecarga en su sistema interno. Esto derivó en un calentamiento excesivo de la pieza, provocando la ignición inmediata del material circundante.
El fuego se propagó con rapidez gracias a los elementos inflamables presentes, entre ellos textiles y materiales de limpieza, alcanzando la cortina que se encuentra en el interior del monumento. Tal y como explicó Gabriel Ruiz, arquitecto conservador de la Mezquita-Catedral, «lo que ardió realmente fue la cortina, por eso el fuego se propagó tan deprisa hacia arriba». La rapidez de la combustión alertó de inmediato al personal presente, aunque la magnitud del fuego complicó su control.
La investigación policial y judicial
La Policía Nacional ha trabajado desde el primer momento con dos líneas paralelas de investigación: la de la Policía Científica y la de la Policía Judicial. Los informes elaborados han sido remitidos al juzgado de Instrucción número 8 de Córdoba, encargado de supervisar el caso. Según los documentos oficiales, el origen del siniestro está claramente localizado en la batería de la barredora, descartando cualquier otra hipótesis que pudiera sugerir un incendio intencionado o una falla eléctrica externa.
Este tipo de siniestros pone de manifiesto la importancia de contar con sistemas de prevención y extinción adecuados, especialmente cuando se trata de equipos que incorporan baterías de litio. En entornos públicos y patrimoniales, la correcta instalación de extintores y la formación del personal en su uso puede marcar la diferencia entre un incidente controlable y una catástrofe mayor. Por ello, es esencial conocer dónde y cómo comprar extintores de calidad que estén preparados para actuar ante incendios de este tipo.
El papel de las baterías de litio en incendios recientes
Las baterías de litio, presentes tanto en vehículos eléctricos como en numerosos aparatos electrónicos, se han convertido en un foco de riesgo potencial si no se manejan correctamente. A pesar de que la barredora eléctrica de la Mezquita-Catedral no estaba enchufada, la carga residual de su batería fue suficiente para provocar el fuego. Este fenómeno no es aislado: se han registrado múltiples incidentes donde la sobrecarga, el mal estado de las baterías o la exposición a altas temperaturas han desencadenado incendios graves.
Para mitigar estos riesgos, es crucial utilizar extintores para baterías de litio específicos, diseñados para neutralizar incendios químicos de manera segura y efectiva. Su presencia en almacenes, espacios patrimoniales y entornos domésticos es cada vez más recomendada por expertos en seguridad.
El impacto del incendio y la respuesta inmediata
El fuego tuvo lugar en el vestíbulo de la Puerta de San Nicolás, un área de almacenamiento de materiales de limpieza y mantenimiento. La rápida propagación generó preocupación entre los cordobeses y turistas, y se prolongó durante varias horas hasta ser controlado por los bomberos. En el Patio de los Naranjos, donde se concentraron los trabajos de retirada de escombros y materiales calcinados, permaneció un intenso olor a quemado durante días, recordando la magnitud del siniestro.
La coordinación entre los equipos de emergencias y la supervisión de las autoridades del Cabildo de la Catedral permitió minimizar daños estructurales mayores en el incendio en mezquita de Cordoba. El deán presidente, Joaquín Alberto Nieva, confirmó públicamente que, gracias a las medidas de seguridad existentes, el fuego no se extendió más allá del vestíbulo, evitando así un desastre que hubiera puesto en riesgo la integridad de un monumento de incalculable valor histórico y cultural.
Prevención y lecciones aprendidas
Este incidente sirve como recordatorio de la importancia de la prevención ante incendios derivados de baterías de litio. La instalación de extintores adecuados y la formación del personal en su uso son fundamentales, especialmente en lugares con alta afluencia de público o donde se almacenan equipos eléctricos y electrónicos. Además, la revisión periódica de estos dispositivos garantiza su correcto funcionamiento en momentos críticos.
El caso de la Mezquita-Catedral pone de manifiesto la necesidad de adoptar un enfoque proactivo en la seguridad: no basta con reaccionar una vez ocurrido el fuego, sino anticiparse y contar con herramientas y protocolos que permitan actuar de inmediato. La correcta gestión de baterías de litio y la disposición estratégica de extintores son medidas sencillas, pero eficaces, para proteger tanto a personas como a patrimonio histórico.
Por lo tanto, el incendio en la Mezquita-Catedral tuvo un origen claro y accidental: la batería de una barredora eléctrica almacenada en el vestíbulo del monumento. A pesar de no estar conectada, la carga interna de la batería bastó para iniciar el fuego, que se propagó rápidamente por la cortina y materiales inflamables cercanos. La pronta intervención de los bomberos y las medidas de seguridad existentes evitaron un desastre mayor.
Este suceso subraya la relevancia de contar con extintores especializados, formación adecuada y protocolos de prevención frente a incendios provocados por baterías de litio. La combinación de vigilancia, preparación y equipamiento específico es la mejor manera de proteger tanto a las personas como a nuestro patrimonio más valioso.
Finalmente, los informes policiales y judiciales seguirán analizando cada detalle, pero lo esencial está claro: la seguridad frente a incendios no es opcional, es imprescindible.
