Prevención de incendios de madera, disolventes y pinturas
Existen medidas de prevención de incendios que se deben tomar en cuenta cuando se trabaja con leña, pinturas y disolventes. La madera es inflamable y puede resultar difícil de apagar debido a que es una carga de fuego. Por otro lado, las pinturas y los disolventes también son inflamables, pero se clasifican como incendios de Tipo B.
Los incendios de Tipo A provienen de combustibles sólidos como madera, papel, plástico, entre otros. Para combatir este tipo de incendios es necesario eliminar el elemento térmico y se recomienda el uso de agua para la extinción de incendios.
Los incendios de Tipo B, por otro lado, provienen de los combustibles líquidos como disolventes, pinturas, grasas, entre otros. Para combatirlos es necesario eliminar el elemento oxígeno. Si el fuego se alimenta de esta fuente, no se debe usar agua, ya que esto aumentará la llama. En su lugar, se recomienda el uso de un extintor de espuma o buscar la manera de cortar la fuente de oxígeno. Por ejemplo, si una olla se incendia mientras se cocina, se puede cortar el oxígeno tapando la olla.
La APQ para la madera, pintura y disolventes
Las pinturas y disolventes se clasifican generalmente como inflamables de tipo B1 según APQ, y sus puntos de inflamación suelen estar por debajo de los 38ºC. Esto significa que a partir de esta temperatura comienzan a liberar vapores inflamables que, al mezclarse con el aire, pueden crear una atmósfera explosiva que aumenta el riesgo de incendio.
Es por esto que estas sustancias deben ser almacenadas lejos de cualquier fuente de ignición, como barcos, otras instalaciones y otros almacenes. Si no es posible mantener estas distancias, se deben proporcionar medidas de resistencia al fuego (RF). Según la legislación, el RF debe ser capaz de soportar el fuego durante al menos 120 minutos, lo que da tiempo a los bomberos para intervenir antes de que las llamas alcancen el peligro.
El Reglamento de Almacenamiento de Productos Químicos, también conocido como APQ, establece los agentes extintores que deben estar disponibles en caso de emergencia. Si la resistencia al fuego está certificada como REI 120 minutos, entonces bastará con tener un extintor disponible.
En el caso de que esta resistencia al fuego no esté disponible, la empresa debería haber instalado hidrantes contra incendios, también conocidos como BIE, y/o sistemas de rociadores automáticos contra incendios. De esta manera, se pueden controlar los incendios en caso de que ocurran en las instalaciones donde se almacenan estas sustancias inflamables.
Bocas de incendio
Para la instalación de bocas de incendio se requiere de los siguientes elementos:
- Una boca de incendios equipada para permitir la conexión de mangueras de agua.
- Una red de tuberías de agua que permita la distribución del agua desde la fuente de suministro hacia las bocas de incendio.
- Una fuente de agua que asegure el suministro suficiente de agua en caso de incendio.
Los hidrantes equipados pueden ser de dos tipos: 25 o 45 mm, lo que se refiere al diámetro de la boca de conexión que se utiliza para conectar la manguera de agua.
Para garantizar el correcto funcionamiento de los hidrantes equipados, es necesario que se coloquen sobre soportes rígidos, de manera que el centro quede a una altura máxima de 1,5 metros del suelo. Además, se deben ubicar de forma que no constituyan un obstáculo para el uso de la puerta, y se prefieren ubicaciones cercanas a la puerta o salida, con una distancia máxima de 5 metros.
Es importante tener en cuenta que el caudal mínimo necesario para una boca de 25 mm es de 6 m3/h (1,6 litros/segundo), mientras que para una boca de 45 mm es de 12 m3/h (3,3 litros/segundo). Estos valores aseguran que se pueda suministrar suficiente agua en caso de incendio para controlar la propagación del fuego y extinguirlo.
Hidrantes de incendios
Los hidrantes equipados deben estar preparados para resistir las heladas y cualquier tipo de acción mecánica que pueda afectar su funcionamiento. Además, deben ser instalados en lugares de fácil acceso para los equipos de Servicio de Extinción de Incendios, debidamente señalizados y distribuidos de manera que la distancia entre ellos no supere los 80 metros en ningún caso. De esta manera, se asegura una respuesta rápida y efectiva ante cualquier situación de emergencia relacionada con incendios.
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