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quitagrasas, la solución a un casero despreocupado

Normalmente cuando hablamos de mudarnos o de hacer una nueva vida (sólos o con pareja) el tema central de conversación suele ser el precio de la vivienda. Ya sea que uno tenga la intención de comprar una nueva vivienda o ya sea  que uno y su pareja quiere y prefiere irse de alquiler es el precio donde se centra toda la controversia.

Sin embargo esa no es la intención de este artículo. No quiero centrarme en el precio de la vivienda ni en temas de especulación inmobiliaria ni de que los partidos políticos nos abandonen a nuestra suerte en materia de vivienda. 

Mi intención es poner el foco en aquellos caseros que ponen sus viviendas en alquiler con cierta pereza o despreocupación extraña. Y digo extraña porque me resulta complicado de entender si me detengo a buscar una explicación.

Seré más concreto: estoy hablando de aquellas viviendas puestas en alquiler con precios tirados a la baja, pero que realmente tienen muchísimo potencial. El potencial les vendría dado por cuestiones como la luminosidad del piso y una buena cantidad de metros cuadrados. Pisos así esconden tras de sí un valor que sus propios dueños desconocen o ignoran. 

Normalmente este tipo de pisos o viviendas suelen ser viejos o tener una buena cantidad de años sobre sus espaldas, pero esta condición podría incluso jugar a favor de su valor como vivienda clásica (algunas, si me perdonan la ironía, incluso podrían ser considerados como pisos renacentistas).

En cualquier caso, y yendo más al grano, existen por ahí viviendas en alquiler que se ofrecen como viviendas de alquiler con precios a la baja, teniendo un valor real muchísimo mayor y todo esto en un contexto en el que el precio del alquiler de vivienda está por las nubes o muy inflado. 

Y esto que les cuento es posible gracias a que existe lo que yo llamo “un casero despreocupado”… y allá donde haya un casero que te ofrezca su vivienda con grasa incrustada por todo el suelo y la cocina, suciedad del paleolítico, muebles carcomidos y una serie de desdichas del hogar… habrá la oportunidad de que tales desgracias se combinen con ventanas bien ubicadas que permitan el paso de la luz durante todo el día sumado a todo ello el confort de altos techos y un espacio amplio que te permita vivir con aire y luz.

Resumiendo, con tan solo un quitagrasas y la voluntad de reconvertir lo sucio en limpio y lo roto por lo recompuesto, tendrás un piso de alquiler de lujo a precio de ganga. Y es que lo veo claro, en cuestión de unos 100 flis-flis de un quitagrasas para desincrustar toda esa suciedad y haberse tragado algunos capítulos de bricolaje en televisión para “medio arreglar” ciertas cosillas… y listo Calixto!!

Así que cuando vayas a hacer la compra habitual y estés pensando en mudarte, ve a la sección del quitagrasas mercadona e imagina ya tu nueva vida… 

¿a cuántos flis-flis estás de tu nueva vida?