Sacar la barra a la calle en fiestas será más fácil: bastará con una declaración responsable

Sacar la barra a la calle en fiestas será más fácil: bastará con una declaración responsable

Con el verano al acecho y las fiestas populares en plena ebullición, los hosteleros de nuestro país se preparan para la batalla más dulce del calendario: sacar la barra a la calle, servir al ritmo de las comparsas y facturar mientras suena la charanga. Este año, sin embargo, hay un cambio sustancial que lo altera todo —y para bien—. En muchas ciudades, bastará con presentar una declaración responsable para instalar barras en el exterior durante los días festivos.

La medida, promovida en lugares como Vitoria-Gasteiz, pretende agilizar los trámites y reducir la carga burocrática que tanto ha hecho sudar a los pequeños empresarios hosteleros. Porque, seamos francos, si el papeleo pesara en kilos, más de uno habría cerrado ya la persiana.

El poder de la declaración responsable en la hostelería

Desde este año, el procedimiento para sacar barras a la calle se simplifica: ya no es necesario tramitar una solicitud administrativa tradicional. En su lugar, bastará con una declaración responsable, firmada por el titular del negocio, en la que se compromete a cumplir con todos los requisitos técnicos, legales y urbanísticos para poder operar.

Eso sí, no nos engañemos: que sea más fácil no significa que todo valga. De hecho, esta flexibilización no exime de la necesidad de contar con una licencia de actividad vigente, ni mucho menos de la licencia de apertura. Estos dos documentos siguen siendo la piedra angular sobre la que se levanta cualquier instalación hostelera legal.

Por eso, si estás en Sevilla y quieres asegurarte de que todo está en regla, no está de más consultar los trámites necesarios para obtener tu licencia de apertura sevilla, y así evitar sorpresas desagradables a la hora de montar tu chiringuito urbano.

Fechas clave y requisitos en Vitoria-Gasteiz: un modelo a seguir

El Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz ha dado el primer paso, y ya ha abierto el plazo para presentar declaraciones responsables de cara a las Fiestas de Santiago (24-25 de julio) y las de La Blanca (del 4 al 10 de agosto). El calendario no perdona: la fecha límite para presentar el documento es el 2 de julio para Santiago y el 11 de julio para La Blanca.

La tasa municipal por instalar la barra es de 11,07 euros por metro cuadrado y día autorizado. Pero más allá del tributo, lo importante es entender que la declaración responsable implica un compromiso legal por parte del empresario. No es un salvoconducto ni un «vale todo», sino una herramienta para optimizar procesos, siempre dentro de la normativa.

En Málaga, por ejemplo, se están aplicando modelos similares para otros trámites urbanísticos. Si quieres profundizar en ello, puedes revisar cómo se han simplificado los trámites de la declaración responsable Málaga para obras y actividades temporales. La tendencia está clara: más agilidad, pero con rigor técnico.

Licencias, técnicos y seguridad: todo sigue contando

Ojo con lo que firmas. Para poder beneficiarse de esta fórmula, el titular del local deberá contar con una póliza de responsabilidad civil en vigor que cubra la actividad exterior. Además, deberá estar al corriente de pagos con Hacienda y Seguridad Social, y garantizar que las características del entorno permiten la instalación de la barra sin contravenir las normas urbanísticas.

Esto nos lleva a un punto crucial: la importancia de contar con un técnico cualificado que asesore correctamente sobre la viabilidad de la actuación. En estos contextos festivos, donde todo parece un poco más laxo, un error técnico puede costarte caro. Por ello, te recomendamos leer este artículo sobre cómo elegir al profesional adecuado para tu licencias y tomar decisiones con la cabeza, no con la euforia de las fiestas.

Normas claras: sin cocina, sin ruido y con vasos reutilizables

El Ayuntamiento ha sido tajante: las barras exteriores solo podrán servir bebidas frías, sin cocinar ni manipular alimentos. Se prohíbe también el uso de altavoces, música o cualquier otro dispositivo de emisión sonora. Además, no se permitirá su colocación en calles peatonales del Casco Medieval cuya anchura sea inferior a 6,40 metros.

El horario de funcionamiento de estas barras se supeditará al del propio establecimiento hostelero. Y por si fuera poco, será obligatorio el uso de vasos reutilizables —de vidrio, cristal o plástico reciclable—, siguiendo la normativa sobre envases y sostenibilidad.

Para garantizar la reutilización, los establecimientos deberán implementar su propio sistema de retorno o adherirse al propuesto por el Ayuntamiento y la Fundación Vital. También será obligatorio colocar contenedores adecuados para los residuos generados en el entorno de la barra.

Responsabilidad compartida y compromiso con el entorno

La nueva normativa apuesta por una mayor flexibilidad, sí, pero también por un modelo de hostelería más comprometido con el entorno urbano, la sostenibilidad y el civismo. No hablamos solo de servir copas en la calle, sino de demostrar que se puede hacer negocio sin molestar al vecino, sin saturar el espacio público y sin colapsar la convivencia.

La declaración responsable, si se usa correctamente, puede ser la llave para desburocratizar procesos y facilitar que los pequeños negocios compitan con garantías. Pero no puede ser un salvoconducto para la picaresca. Por eso, más que nunca, licencias, seguros, técnicos y documentación deben estar al día.

Y aunque parezca que basta con poner la barra, conectar un tirador y esperar a que llegue la cuadrilla, la verdad es que detrás de cada cerveza servida en la calle, hay un entramado legal que debe estar perfectamente engrasado para evitar disgustos, multas o incluso el cierre temporal del local.

Más fácil sí, pero con responsabilidad

Este nuevo sistema de declaración responsable representa una oportunidad para el sector hostelero. Una oportunidad de simplificar, de ganar tiempo y de centrarse en lo importante: ofrecer un servicio de calidad durante las fiestas.

Pero también representa un reto: el de demostrar que somos capaces de autorregularnos, de cumplir las normas sin necesidad de que nos persigan con un sello o una ventanilla. Que entendemos que la barra en la calle no es una licencia para el caos, sino una apuesta por una hostelería moderna, profesional y adaptada a los tiempos.

Sacar la barra a la calle en fiestas será más fácil: bastará con una declaración responsable. Pero ojo, solo si lo haces como Dios manda.