Alarma y caos por incendio en un local gastronómico

Un incendio en un local gastronómico del centro de Punta Alta encendió las alertas al caer la tarde. El fuego comenzó en la freidora, como ya había pasado antes, mientras el movimiento del finde seguía vivo en las calles. Dentro había tres personas; una terminó con atención médica por el susto. El humo copó el lugar y parte de la estructura no aguantó el calor y se vino abajo.

Ignifugar no es un lujo, es una necesidad

Este tipo de situaciones nos recuerdan algo clave: prevenir vale más que lamentar. Las ignifugaciones no deberían verse como un gasto más, sino como una inversión que puede marcar la diferencia entre un susto y una tragedia. Si el fuego se controla en los primeros minutos, hay tiempo de evacuar y actuar. Por eso, preparar el lugar desde antes es fundamental.

Certificado al día o problema asegurado

No alcanza con poner materiales ignífugos. Tener el certificado de ignifugación vigente es obligatorio y salva vidas. Ese papel demuestra que todo está hecho como debe ser, siguiendo normas que no están de adorno. Además, muchos seguros ni te cubren si no lo tenés. Así que más vale tenerlo al día y evitarte quilombos si pasa algo grave.

El extintor, ese héroe ignorado

En muchos negocios, el extintor está ahí colgado, lleno de polvo y nadie lo toca. Pero en un incendio, puede ser la primera línea de defensa. Chequear que esté cargado, accesible y que todos sepan usarlo debería ser parte del protocolo básico. No sirve de adorno, sirve para apagar lo que en segundos puede arruinar todo.