Taller clausurado por no contar con licencia de actividad en Valencia
En una nave discreta de Guadassuar, como tantas otras que pasan inadvertidas, la rutina escondía algo más que motores en marcha y olor a aceite usado. No había cartel en la entrada, ni horario a la vista, pero sí un constante ir y venir de vehículos, algunos desguazados, otros con más vidas que un gato. Hasta que un vecino, quizás harto del trasiego, decidió levantar el teléfono. El resto lo ha escrito la Guardia Civil.
Un negocio completo, pero fuera de toda ley
La operación policial no destapó una simple irregularidad, sino un triple juego ilegal: taller mecánico clandestino, negocio de compra-venta de vehículos y desguace sin control. Todo ello sin la más mínima sombra de legalidad, ni licencia de actividad, ni licencia de apertura, ni seguros, ni medidas de protección medioambiental.
Con maquinaria profesional –elevadores, compresores, soldadores, equipos de montaje de neumáticos– el local estaba perfectamente equipado para el trabajo… pero no para la ley.
A estas alturas de la película, sigue sorprendiendo que en pleno 2025 todavía haya quien piense que puede abrir un negocio sin cumplir con lo más básico: la normativa. Y más aún en un sector tan regulado como el de la automoción, donde cualquier chispa puede encender una mecha medioambiental, legal y económica.
En este contexto, conviene recordar que contar con una licencia de apertura no es solo una formalidad: es el primer paso para que un negocio arranque con las garantías legales y de seguridad necesarias.
La trampa bajo el suelo: vertidos ilegales y contaminación
La investigación desveló además un aspecto aún más preocupante: una arqueta oculta donde se vertían restos de hidrocarburos y aceites usados. Lo que podría parecer una simple alcantarilla, escondía un riesgo real para el subsuelo, las aguas y el entorno. Las muestras recogidas están siendo analizadas, pero ya se anticipa un posible delito medioambiental.
Un negocio que no se molesta ni en registrarse, difícilmente va a contratar a un gestor autorizado de residuos. Aquí tampoco lo hicieron. Y lo pagarán.
Por eso insistimos: sin una licencia de actividad, ningún local debería abrir la persiana. Porque no se trata solo de tener una hoja sellada por el ayuntamiento, sino de cumplir una normativa que protege a todos: vecinos, trabajadores y entorno.
Vehículos sin papeles y piezas sin control
Los agentes no solo se toparon con herramientas y aceites. También encontraron un catálogo improvisado de piezas reutilizadas, muchas provenientes de vehículos siniestrados durante la última dana. Motores, faros y otros componentes que, lejos de recibir un tratamiento adecuado, eran extraídos y usados sin trazabilidad ni control técnico.
En una explanada cercana, también bajo el control del investigado, se hallaron coches a medio desguazar, sin documentación, sin control, sin protocolo. Más de 30 baterías, neumáticos, motores y un sinfín de repuestos amontonados como si fueran piezas de Lego en manos equivocadas.
¿Resultado? Un grave incumplimiento de la legislación sobre tratamiento de residuos automovilísticos, con todas las consecuencias que ello conlleva. ¿Lo más alarmante? Que esto ocurre más veces de las que quisiéramos.
Para los que aún duden de la importancia de regular un espacio antes de abrirlo, recomendamos encarecidamente esta guía sobre Cómo Preparar tu Local para la Visita del Técnico de Licencia de Actividad.
Un coche, una orden de búsqueda y una detención
El colofón del registro fue casi de guión cinematográfico: entre todos los vehículos hallados, uno estaba siendo reparado… y pertenecía a un individuo con orden de búsqueda y captura. Fue localizado y detenido en Benimodo horas después.
Lo que parecía una simple intervención por actividad ilegal, terminó sacando a la luz una trama mucho más amplia de irregularidades administrativas, medioambientales y judiciales.
Cuando falta la licencia, sobran los problemas
Este caso, por desgracia, no es aislado. Es una fotografía más de lo que ocurre cuando se decide abrir un negocio ignorando la legalidad vigente. Sin licencia de actividad, sin seguros, sin control ambiental, sin ética empresarial. Solo con el ánimo de ganar dinero rápido, y a costa de lo que sea.
Desde nuestro equipo, reiteramos que obtener las licencias necesarias no solo es obligatorio, sino absolutamente necesario. Protege al empresario, al cliente, al entorno y evita que un proyecto se convierta en un caso judicial o en una noticia de sucesos.
Si estás pensando en abrir un taller, una tienda o cualquier otro tipo de actividad comercial, consulta con profesionales y no te saltes pasos. Porque la legalidad no es una barrera: es el único camino para construir un negocio duradero, rentable y seguro.